“Reiwa”, la era que apuesta a la paz

El año en el que se dejan impresas estas letras es muy importante para Japón y enseguida les cuento por qué. 2019
 



Japón ha expuesto su idiosincracia sin reparos, ha dejado dicho que es diferente a los prototipos y lo ha hecho en base a un hito histórico, pero a través de una sutileza.
Luego del deseo expresado por el Emperador Akihito para abdicar al trono del crisantemo, debieron ponerse en marcha una serie de protocolos que, más allá de formalismos, son una ratificación de la identidad del trono imperial más antiguo y largo de la historia del mundo.
Uno de los hitos de este proceso dilatado, colorido y repleto de simbolismos, es el cambio de nombre de era. Cuando un nuevo emperador asciende al trono se inicia una nueva era; significa que el calendario de la cotidianidad de Japón vuelve al punto de inicio, de nuevo el año uno.
No tiene solamente un sentido temporal, es más complejo que eso, hay mucho de la ratificación de su identidad. Es el único país del mundo en el que pervive un Emperador como una figura fundamental de la realidad diaria. Cada vez que ese cargo es renovado hay un cambio de era: en este caso, sucede treinta y un años después de la última vez.
Lo verdaderamente llamativo sucedió el primer día de abril, cuando el Primer Ministro, Shinzo Abe, anunció el nombre de la próxima era: se llamara Reiwa. Las autoridades japonesas han pedido al mundo que espere unas semanas para poder definir una traducción u ofrecer una interpretación del sentido cabal de esta acepción. Esa es una sutileza.

Del continente y el contenido

Lo que el mundo vio fue una ceremonia que no entendió mucho: una expectativa generalizada por un nombre que apareció escrito con unos trazos incomprensibles. Para el sistema de conteo del tiempo de occidente no hay nada que se le parezca.
Los historiadores suelen poner motes a ciertos momentos históricos como “la gloriosa” o “la década perdida”, según fuera que a un país le fue bien o mal en su historia. Japón piensa en lo que quiere construir para el futuro, imprime el futuro con una frase que marcará sus días.
Evidentemente, las frases que escoge están de acuerdo con su manera de mirar el mundo y no es el nombre del Emperador regente. La siguiente es la manera como nombraron a las eras desde la Restauración Meiji (1868).


El primer día de abril de 2019 se anunció el nombre de la era y al mismo tiempo se dio a conocer que los sabios se tomarán unos días para elaborar una versión que sea comprendida por los extranjeros y también por algunos japoneses.
He ahí la sutileza: nombraron una era de tal manera que los japoneses pueden “sentir” su significado y los extranjeros sobrecargan sus neuronas para tratar de poner en unas pocas palabras un significado que les satisfaga.
El cambio de era tiene, además, un efecto práctico, porque es el sistema de medida de tiempo que se utiliza en todos los documentos públicos: desde la licencia de conducir, los contratos, las papeletas de depósito de los bancos, monedas y billetes, las solicitudes, los divorcios y los nombramientos. Es la primera vez que se anuncia el nombre de la era antes que asuma el nuevo Emperador; el motivo es dar tiempo al Japón para que adecúe sus sistemas al nuevo nombre.
Si intentamos una versión literal, la nueva era se forma de dos ideogramas (imagen o símbolo que significa una palabra o frase determinados, sin representar cada una de sus sílabas o fonemas; son los que están en la primera columna del cuadro).
Este tipo de escritura llegó a Japón desde la China alrededor del siglo VII y tomó, en algunos sentidos, su propio camino. Mientras se espera a tener una interpretación oficial, los mayores medios de comunicación del mundo encontraron las suyas.
El País, de España, se quedó con la versión literal: rei: “agradable” u “orden”, y wa: “armonía” o “paz”. BBC hizo lo mismo, pero agregó que el nombre de la era “… tiene como objetivo implantar el tono de las décadas venideras y mantiene su significado en la vida cotidiana de la mayoría de los japoneses”.
La agencia Sputnik presentó dos versiones: “Orden y armonía” o “Armonía auspiciosa”. Por su lado, el New York Times decidió esperar a la versión oficial.
Luego de que se presentó el nombre, el Primer Ministro, Shinzo Abe, se presentó en conferencia de prensa. La televisión pública japonesa, NHK, que transmitió en vivo el evento, había decidido incorporar una intérprete que el momento en que trató de referir las palabras de Abe se excusó. Dijo que había demasiadas palabras que debían interpretarse, no traducirse y eso no se hace al vuelo.
Antes de tratar de explicar el significado, Abe hizo alusión a que es la primera vez que se utiliza ideogramas puramente japoneses (las anteriores se tomaron de la literatura china). El término es un hallazgo de una recopilación de poemas del siglo VII, llamado Manyoshu, cuyas páginas contienen exclusivamente waka, poesía japonesa.
Las pistas sobre el significado de Reiwa están ocultas en las siguientes frases del Primer Ministro:

  • "El nombre de la era se basa en la larga herencia de la familia imperial, la estabilidad del estado y la felicidad de la gente”.
  • “Simboliza la larga tradición y la profunda cultura pública” de Japón.
  • "Al igual que las flores de ciruelo que florecen bellamente, anunciando la llegada de la primavera después de un invierno severo, cada uno de los japoneses puede florecer sus propias flores con una esperanza para el mañana”.
  • "Nuestra nación enfrenta un gran período coyuntural, pero hay muchos valores japoneses que no deberían desaparecer”.
  • "Quiero que Japón florezca con orgullo como las flores del cerezos”.
Los cerezos (sakura) son la flor más popular del Japón (el Estado japonés se muestra a través del crisantemo de 16 pétalos) y tienen un profundo simbolismo. De hecho, mientras se hacía el anuncio del Reiwa estaban en pleno florecimiento, que se produce en el inicio de la primavera; es un espectáculo increíble, durante pocos días al año los árboles florecen y los japoneses se posan debajo de este manto de pétalos rosa, blancos o lilas para recordar que la vida es efímera. Que es un ciclo en el que el inicio y el final son opuestos complementarios y que tras una desaparición hay un renacimiento. Eso sucede cada año en el hanami (florecimiento de los sakura) y más extraordinariamente cuando cambia el emperador.
Este proceso, tan lleno de recovecos simbólicos sucede a propósito de que el 1 de mayo asumirá el trono del crisantemo el nuevo Emperador
Naruhito (a pesar que la coronación se producirá en octubre), quien llega arropado con la predicción de una era de paz y de orden, valores que la mayoría de japoneses comparte.

Hagamos el compromiso de seguir con esta conversación, ¿de acuerdo?

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